RÁPIDA COMO EL RAYO

Un tema candente

Un arco eléctrico puede desarrollar corriente de varios miles de amperios y alcanzar una temperatura por encima de los 10 000 °C en unos milisegundos. Se ioniza el aire en un radio de varios metros, mientras que líquidos y componentes del sistema y metales vaporizados pueden escapar con fuerza explosiva, incluso de sistemas sellados, provocando una destrucción generalizada en segundos. Hay también riesgo de lesiones o incluso de muerte para toda persona ubicada en las inmediaciones cuando se produce una falla por arco. Además del riesgo de electrocuciones, pueden producirse graves consecuencias para la salud por lesiones oculares, quemaduras y daños en los pulmones.

Las reacciones rápidas son esenciales

Son vitales una detección lo más rápida posible del arco y el disparo del interruptor de potencia para limitar los daños potenciales a personas y sistemas. Los sistemas convencionales de seguridad no son adecuados para estas aplicaciones debido a sus tiempos de reacción. Una protección especial frente a arcos, por otra parte, requiere solamente unos 6 o 7 ms para enviar un comando al interruptor de potencia asociado. Si se utilizan IGBT (transistores bipolares de puerta aislada) en lugar de los contactos convencionales, el tiempo puede reducirse aún más hasta los 2 a 2,5 ms. Para garantizar una detección fiable de los arcos eléctricos a la vez que se evita un funcionamiento incorrecto, el criterio de disparo utilizado es normalmente una combinación de la sobrecorriente que se produce y de la luz extremadamente intensa del arco. Se dispone de sensores de luz puntuales o de fibra óptica para este fin (véanse las figuras 1 y 2).

Pruebas de un sistema de protección frente al arco eléctrico usando el módulo de software State Sequencer

Artículo publicado en la revista OMICRON Magazine, Volumen 3, Número 1, 2012.

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